EXPOSICIÓN DEL GRUPO TAU

Hemos comenzado todos bajo el signo de la construcción. Desde el momen¬to en que el hombre abandona la co¬pia directa del natural y hace a su manera la imagen, sin querer recordar la deformación visual que impone la perspectiva, es decir desde -que se proyecta la idea de una cosa y no la cosa en el espacio mensura¬ble, comienza una cierta construcción. Si además se intentan ordenar las imágenes relacionándolas rítmi¬camente, de manera que unifiquen al conjunto del cuadro, lo que quieren expresar, se ha conseguido un grado más elevado de construcción.

Pero esa no es aun la construcción tal y como la concebimos. Antes de llegar a ella debemos aun considerar la forma. En tanto que representación de las cosas esa forma no tiene un valor por sí misma y no se le puede considerar plástica. Pero tan pronto esa forma contenga un valor en sí, es decir por la expre¬sión abstracta de sus contornos y de sus cualidades, adquiere una im-portancia plástica, y se puede afirmar de una obra así concebida que ya participa de cierta construcción.

Además, teniendo en cuenta la uni¬dad de la superficie, que ha de ser dividida en partes que generen espacios interrelacionados, existirá en¬tre ellos una equivalencia que hará al conjunto permanecer entero.