Punto trae estos días la obra de Quero, sobre la que habrá tiempo de hablar. Ahora hablemos de otras dos muestras inauguradas hace días en la galería: las de Speedy Graphito y Francisca Mompó.
El nombre, Speedy Graphito, suena a juego verbal. La obra de este joven artista francés "sabe" también a juego libertario en torno al lenguaje del arte, maravilloso pozo sin fondo en el que entra a bucear con una actitud que tiene tanto de religiosidad como de ateísmo, Religiosidad porque Speedy "cree", Cree que el lenguaje artístico es río y no isla, y que no hay posible ruptura total. Ateísmo porque la religión del arte la asume Graphito muy a su aire: él se siente un Mesías distinto, dispuesto a decir la "nueva Verdad".
La pintora valenciana Francisca Mompó es un nombre a reinvidicar, Desde su primera exposición individual en Fandos (año 1991) a la actual en Punto, ha madurado su lenguaje de manera sorprendente.
La pintora investiga con las calidades matéricas y entra en terrenos que pueden sonar a otras voces (cuadros negros que parecen mantener un pulso con Soulages) pero que hace propios con seguridad admirable, Obra de profunda elaboración, muy abstracta de concepto pero no formalmente: los cuadros de Mompó saltan despreocupada, libremente entre lo que se entiende por figuración y lo que aceptarnos por abstracción.
Las etiquetas deben morir porque nos empobrecen, Esa exigencia posmoderna la conoce bien Mompó, Aunque su personalidad tenga poco de posmoderna.